Aires del caballo





Tal como todos los caballos, los caballos chilenos conocen los tres aires básicos: paso, trote y galope.

El aire más importante para las cabalgatas de larga distancia es el paso, ya que el caballo necesita mucha energía para la excursión en su conjunto. Además, el terreno muchas veces no permite otra alternativa.

Cuando se va al paso, siempre hay que preocuparse de que el caballo no se adormile. Esto podría ser especialmente peligroso en terrenos difíciles, por lo que el jinete deberá mantener despierta la atención del caballo y apresurarlo continuamente.

Para los jinetes poco experimentados, es importante mencionar que el trote es el aire más incómodo. Una opción más cómoda, tanto para el jinete como para el caballo, es el poco utilizado en Chile trote liviano: Aquí se aprovecha el impulso del movimiento ascendente del lomo del caballo para elevarse desde la montura cada dos pasos, es decir, uno prácticamente se para por un instante sobre la montura para dejarse caer suavemente con el próximo paso. Lo mejor es escoger una de las patas delanteras como apoyo (durante trayectos más largos de trote, es recomendable alternar la pata de apoyo cada 5 minutos, para no sobrecargar al caballo en uno de sus lados). Cada vez que la pata elegida va hacia adelante, uno se levanta y vuelve a sentarse en seguida para levantarse otra vez al siguiente paso.

El galope es un aire mucho más cómodo para el jinete, porque es más fácil seguir el movimiento del caballo. Pero también es mucho más rápido que el trote y, por lo mismo, provoca temor en muchos novatos. Si el jinete prefiere el galope levantado (menos exigente para el jinete y más cómodo para el caballo), se debe parar en los estribos, levemente inclinado hacia delante, hasta que el trasero ya no esté en contacto permanente con la montura. Para sujetarse bien en esta posición, es importante que las rodillas estén bien apretadas a la montura.

Con algunos caballos chilenos, se puede tener la suerte de que dominen otro aire adicional llamado "marcha" (una mezcla entre el paso y el trote). La marcha, muy cómoda para el jinete y menos exigente para el caballo que el trote o el galope, es ideal para la cabalgatas de larga distancia, ya que permite desplazarse bastante rápido.