OREJAS:
Las orejas del Caballo Español, muy móviles, medianas, con tendencia a ser grandes, sobre todo en las hembras, existiendo una correlación positiva entre la variabilidad del perfil y la longitud de las mismas. A mayor amplitud de variación pendular, mayor longitud de las orejas. En las hembras se aprecia más el defecto de "orejas de mulo", cuando son excesivamente largas, que unido a un hipodesarrollo muscular, le impide moverlas ordenadamente, o se vencen hacia fuera por su propio peso, dando el defecto de "oreja gacha".
Deben estar bien separadas la una de la otra, a distancia aproximadamente igual a la longitud de las mismas y tienen una implantación más baja que en otras razas. Esto ocurre en la variedad clásica, porque en la máxima están situadas, comparativamente a su longitud, a menor distancia.
Vistas de frente, los bordes exteriores de las orejas forman unos arcos perfectos y el borde interior presenta en cada una de ellas, cerca de la punta, una escotadura muy pronunciada. Su terminación es roma, nunca aguda, y, por supuesto, tampoco mirándose los extremos, conociéndose en este último casos en términos ganaderos como "orejas en tenaza”.
Vistas de perfil, no deben presentar las puntas curvatura alguna hacia atrás “orejas vueltas”, sino que deben seguir la dirección del resto de la oreja hacia delante.
Por todo lo anterior, se penalizarán las orejas demasiado pequeñas, y las estrechas y largas, que cuando nacen además muy juntas reciben el nombre de "orejas de liebre” .
Las orejas del Caballo Español, muy móviles, medianas, con tendencia a ser grandes, sobre todo en las hembras, existiendo una correlación positiva entre la variabilidad del perfil y la longitud de las mismas. A mayor amplitud de variación pendular, mayor longitud de las orejas. En las hembras se aprecia más el defecto de "orejas de mulo", cuando son excesivamente largas, que unido a un hipodesarrollo muscular, le impide moverlas ordenadamente, o se vencen hacia fuera por su propio peso, dando el defecto de "oreja gacha".
Deben estar bien separadas la una de la otra, a distancia aproximadamente igual a la longitud de las mismas y tienen una implantación más baja que en otras razas. Esto ocurre en la variedad clásica, porque en la máxima están situadas, comparativamente a su longitud, a menor distancia.
Vistas de frente, los bordes exteriores de las orejas forman unos arcos perfectos y el borde interior presenta en cada una de ellas, cerca de la punta, una escotadura muy pronunciada. Su terminación es roma, nunca aguda, y, por supuesto, tampoco mirándose los extremos, conociéndose en este último casos en términos ganaderos como "orejas en tenaza”.
Vistas de perfil, no deben presentar las puntas curvatura alguna hacia atrás “orejas vueltas”, sino que deben seguir la dirección del resto de la oreja hacia delante.
Por todo lo anterior, se penalizarán las orejas demasiado pequeñas, y las estrechas y largas, que cuando nacen además muy juntas reciben el nombre de "orejas de liebre” .
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